El Duomo de Siena, la más bella catedral gótica de Italia

Catalogar a cualquier iglesia o catedral de Italia o de cualquier parte del mundo, como el templo más bello del país o del mundo, es una estrechez de criterio y sentido del gusto, es una afirmación limitada y parcial enorme. En Italia y fuera de Italia hay muchos viajeros para quienes el Duomo de Milán, con sus cientos de pináculos elevándose sobre sus naves es la catedral gótica más bella, incluso hay quienes afirman que es la más bella de Europa. Quizá haya muchos cuya opinión es radicalmente a la mía y prefiera la impresionante danza de estalagmitas que coronan la catedral de Milán a otras catedrales más “italianas” como la de Orvieto o el Duomo de Siena. La de Milán se asemeja más a las del otro lado de los Alpes… con toda su efervescencia de torrecillas y su original y revolucionaria forma triangular, carece de la esencia netamente italiana del Duomo de Siena.

Su construcción se inició en 1065 bajo los lineamientos puramente románicos y tardó más de 300 años en concluirse. La fachada, elaborada en mármoles de diferentes colores, confiere al edificio una alegría muy latina opuesta a la solemnidad de las iglesias góticas francesas, alemanas o inglesas. Un sacerdote, guía de un grupo de turistas mexicanos nos comentó refiriéndose a Notre Dame de París o Amiens: “Esos son templos para rezar, para arrepentirse de los pecados y prometer cumplir la penitencia… El Duomo de Siena o el de Orvieto son para platicar con Dios, para charolar con Él de amigo a amigo”.

Lo más notable de la Catedral de Siena es el piso. Elaborado por varios artistas del siglo XVI representa una serie de alegorías de las virtudes, los sabios como Sócrates y Dante, la Masacre de los Inocentes.

Antes de abandonar el Duomo una visita a su museo es obligatoria: sobre todo para ver la otra “Maestá”, (la Virgen Coronada) realizada por el Duccio, el maestro de Simone Martini (el autor de la Maestá del Ayuntamiento).

Hay mucho más que ver y saborear en Siena… una ciudad milenaria donde entre batallas y encuentros terribles con Florencia, su rival eterna, ha logrado acumular una de las más ricas colecciones de arquitectura, escultura y pintura y atesorar todo eso dentro de uno de los conjuntos urbanos más bellos de Europa. Siena vale cada minuto que se invierta en ella… lástima que su comida, sus vinos y su atmósfera sean siempre cómplice para escondernos de  sus tesoros culturales.    

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